Cuando decimos que hablaremos de historia, por lo general en el rostro de la mayoría de las personas, se denota un gesto hostil, pues no les es agradable tratar sobre estos temas. Sin embargo, es importante que la conozcamos ya que forma parte de nuestro bagaje cultural, nos da respuestas a lo que vivimos en nuestra realidad entendiéndola, analizándola, para que a partir de esto comprendamos y planeemos el futuro, a parte de que en esta sociedad, cada vez más exigente, nos demanda una mejor preparación para poder desenvolvernos satisfactoriamente en los ámbitos que la conforman. Es por ello que, la escuela y como docentes jugamos un papel muy importante, ya que de nosotros depende en gran medida, sensibilizar a nuestros alumnos para que se sientan partícipes de ella y le encuentren el “sabor” a conocer o indagar sobre los acontecimientos actuales, producto del pasado.
Cabe mencionar que la construcción del conocimiento histórico es muy importante ya que, dependerá básicamente de la enseñanza que el profesor promueva en los alumnos, manteniendo relaciones internas y externas alrededor de la escuela, con recursos metodológicos que los acerquen hacia una apropiación del conocimiento. Como lo es a través de investigaciones que le permitan examinar su realidad y tomar parte de las situaciones que se le presenten en su vida cotidiana ya que los alumnos poseen conocimientos que a través del trabajo diario, al confrontar lo que sabe con sus compañeros, maestro, diversas fuentes se irán enriqueciendo o desvaneciendo sus apreciaciones, logrando un aprendizaje certero; la historia no maneja únicamente tiempos, lugares y nombres, sino también promueve valores, pretende fortalecer actitudes, estimular una comunicación escrita, oral que les permitirán desarrollar un pensamiento claro con el cual puedan desenvolverse en el mundo entero. Motivados por el docente, los alumnos deberán encontrar el verdadero significado al objeto de estudio aprendiendo, recreando y produciendo conocimientos históricos través de la relación directa con la historia personal, familiar, de la colonia o barrio, ciudad, región, nación; haciendo uso de los avances tecnológicos y comunicativos que favorecerán su desarrollo cognitivo y su capacidad de abstracción.
Con la finalidad de que mis alumnos, de quinto grado, encuentren significado de estudiar la historia de México y para no hacerla demasiado tediosa tratando de que la narrativa no sea el recurso básico de enseñanza, he considerado algunas actividades tales como: diseño de representaciones a través de obras de teatro y otras sencillas, historietas, debates, entrevistas, redacción de noticias, líneas del tiempo, mapas, investigaciones, entonar corridos, crear adivinanzas, mapas conceptuales, exposiciones y dibujos, entre otros, estos me han permitido despertar en algunos el gusto por la historia, lo cual se ha visto reflejado en las conversaciones que se presentan al charlar sobre los contenidos ya abordados, comentarios sobre noticias que se dan a conocer a través de los diferentes medios de comunicación, pues critican los acontecimientos pasados y presentes, formulan ideas a cerca del futuro de su localidad, región, ciudad, país. El empleo de dichos ejercicios les hacen amena la historia les ayuda a manejar fechas, nombres y causas y consecuencias de sucesos, etc. Además de que para enriquecer la enseñanza-aprendizaje se han aprovechado recursos con los que contamos en la escuela como enciclomedia , videos, música, mapas, libros del rincón, biblioteca escolar y papelería, etc.
Dicha didáctica, dista considerablemente de la forma en la que a mí me enseñaron la historia, ya que mis maestros de educación básica únicamente utilizaban como recurso los cuestionarios haciendo un uso desmedido de la memorización, por lo cual, grababa la información para el examen y al correr de los días sólo quedaban vestigios de lo que había aprendido.
No obstante, siempre hace falta enriquecer el proceso enseñanza-aprendizaje para que este sea cada vez mejor y veraz en la construcción del conocimiento, es decir, después de llevar a cabo un análisis de mi práctica docente y comparándola con otras metodologías, me doy cuenta de que me hace falta perfeccionarla, ampliarla, haciendo un uso más detallado del planteamiento de situaciones problemas o situaciones de aprendizaje en donde los alumnos sean capaz de remodelar lo que ya sabe, construir conocimientos nuevos, desarrollando competencias al superar obstáculos propuestos. También, darle más importancia y profundidad a la historia oral que puedan ir recuperando los niños, el empleo de objetos que despierten el interés para abordar temas y llevarlos al salón, luchar por que a los alumnos se les brinde la oportunidad de asistir a museos, ruinas que puedan hacer más vivencial lo estudiado.
Finalmente, se debe señalar y puntualizar en los alumnos que, si bien la historia se forma con todo lo que vamos viviendo y somos protagonistas en ella, de esta historia que estamos labrando en la actualidad de ella dependerá nuestro futuro, todo es causa-consecuencia y que, a pesar de que tal vez nuestra historia no trascenderá a la historia internacional, nacional, local si dejará huella a nivel personal, en la familia.
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